El dormitorio principal es la única pieza de toda la casa con suelo de tarima. Como cabecero de la cama se utilizó un tapiz. Junto a la ventana se dispusieron dos arcones de piedra fósil en tonos crudo y salmón. Las cortinas de terciopelo con bordados antiguos proceden del Rastro madrileño.
La cocina se trasladó de lugar y tiene acceso directo al comedor. El antiguo fogón de hierro fue el elemento en torno al cual Silvia Espinosa de los Monteros organizó la decoración. La campana extractora de humos y las estanterías formadas a cada lado de la misma forman parte de un mismo diseño. El conjunto se realizó en escayola pintada en un tono ocre, acorde con el color utilizado para pintar el resto de la casa, y las molduras se pintaron en un tono blanco.