El salón del segundo piso se ha decorado con un amplio sofá-rinconera, tapizado con una tela a rayas blancas y rojas. En un rincón de esta estancia se ha creado una completa zona de trabajo. En una vivienda tan abierta al exterior como la que ilustra este artículo, conviene dedicar un cuidado especial al porche. En este caso, se ha optado por pavimentar la zona con madera tratada con sales cúpricas. Asimismo, destacan las vigas que sostienen el techo, ya que su brillante color negro resalta sobre el conjunto de la fachada. Para amueblar la zona, se han escogido piezas de mimbre.