El resto de la reforma se centró, fundamentalmente, en la renovación de la zona ocupada por los baños. El trabajo efectuado sobre estos espacios ha permitido crear ambientaciones paralelas, al ser forradas sus paredes de manera idéntica: con plaqueta de mármol crema de Portugal, además de habilitarles sendas encimeras de granito negro intenso.
La cocina también experimentó un cambio, apenas visible en lo que concierne a los tabiques, pero más sustancial en su aspecto externo. En efecto, el pavimento y las paredes se recubrieron de granito gris perla, mientras que la zona de trabajo se completó con una encimera en el mismo tono y material.