Ono Interiorismo se encargó de reformar esta vivienda. Beatriz, responsable del proyecto, buscó una unidad y coherencia de los espacios a través de una pared curva que recorre toda la casa. Las luces halógenas intensifican esa intención unificadora. En la entrada se ha eliminado una puerta y se ha enmarcado el límite por dos peldaños, idea que se mantiene en la diferenciación del salón y el comedor, en este caso potenciada por la existencia de dos columnas. La pared curva que separa el comedor de la cocina se enfrenta con un tabique inclinado que ensancha el espacio del comedor. La irregularidad de los tabiques huye de la monotonía, respetando siempre la coherencia en la decoración. Coherencia también en la luz y en los colores. Marmolium azul grisáceo en algunas columnas y en la pared curva; en los techos, incrustaciones de marmo-lium en marrón rojizo. Ceramiplast cola gris con motas azules para el tabique inclinado. En el salón, los tonos se han conseguido a base de resinas y lacas en tono anaranjado y con un acabado final de esparto en naranja más intenso. En la entrada, un tono tostado y azul, y tostado en el dormitorio. Juego de colores matizado por las carpinterías de la casa: DM teñido en un tono que tira a rosa para las puertas, y un tostado gris para las jambas; grecas de color tostado y rosa, y techos en plástico liso color gris. En los suelos, mármol travertino mate, excepto en el salón, donde se ha instalado tarima de roble coloreada, y en la cocina, cubierta de gres blanco Almena.
